Escribí esta nota el año 2015. ¡Que visionaria fui! Tanto tiempo tuve que esperar para sentirme cómoda caminando por Isidora Goyenechea con ropa deportiva. Pero yo sabía que tarde o temprano caeríamos en las redes de la comodidad.
Aquí voy
El día está perfecto para estar en la casa- aislada- con una taza de café y sentir la lluvia de este día gris. Está como para echarse en la cama con un buzo cómodo y ponerle ganas a Spotify.
Así estaba divagando en la nada, cuando me pregunté de dónde viene la historia de esta ropa tan profundamente cómoda y no tan aceptada por la sociedad: la ropa deportiva.
Nadie va al Jumbo en buzo, nadie va al supermercado en buzo, nadie va a la casa de las amigas en buzo. A menos que efectivamente, vengamos del gimnasio.
Retrocedamos en el tiempo
En la edad media sólo los niños tenían ropa holgada e informal para los deportes.
La vestimenta femenina de gimnasia y deportiva evolucionó más dramáticamente durante el siglo IXX y XX, porque la tecnología permitió desarrollar géneros más trabajados que fueran producidos para vestir.
Hoy, es cuestión de moda.
Las mujeres están volcadas hacia una manía por el fitness. En los ´80, la ropa deportiva explotó como una cultura popular desdibujando los límites entre la ropa deportiva y la moda.
Hoy día la pregunta es: ¿Y qué tanto? No hay nada más placentero que sentirse cómoda con uno misma y con la ropa.
Esto es MODA. Hay streetstyle y outfit que combinan perfecto con la ropa deportiva linda, femenina y delicada.
Esto es tendencia, y estamos hablando del puro estilo.